Naoshima, arte en una isla
Lo que antes era una isla de pescadores llena de viviendas deshabitadas, Tadao Ando la ha convertido en un lugar onírico que derrocha arte por todas partes. Situada en el Mar interior de Seto, Japón, esta isla ha vuelto a nacer y acoge obras de arte, ofreciendo experiencias únicas.
Con el fin de contrarrestar el lado negativo de la Modernización de Japón y para huir de lo ordinario de la vida cotidiana, el empresario Soichiro Fukutake, de la mano de Ando, crean este complejo de museos. Lo que llaman “el distrito cultural y educacional de la isla de Naoshima”, se ha convertido en un indispensable para todo amante del arte, ya que este lugar lo expone de un modo diferente.
La isla, bañada por completo de naturaleza, despierta un sinfín de emociones; la arquitectura de los museos fue diseñada con rigor para no distorsionar el paisaje y la calma que proporciona el mar, por lo que el Museo Chichu (que en japonés significa “bajo tierra”) fue incrustado en una de sus colinas.
La revitalización de la isla apoyó la economía local y luchó contra los problemas ambientales que albergaba por la contaminación de una antigua industria de refinería. Restauró las viviendas vacías y le devolvió la vida a este trozo de tierra que estaba en peligro de extinción.
Lo primero que ves desde el trayecto en ferry es la gran calabaza que da la bienvenida a los visitantes. Ando diseñó el Benasse House, uno de los museos de la isla que al mismo tiempo hospeda a los turistas. Se trata de una construcción de hormigón de líneas sobrias que alberga piezas de artistas como Andy Warhol y Richard Long.
El Museo Chichu, obra también de Ando, fue levantado en 2004 y se compone de volúmenes diferentes conectados entre sí con juegos de luces, para despertar sensaciones de reflexión en los visitantes. El museo cuenta con un número limitado de obras, pero que son expuestas de manera especial para apreciar los detalles de una forma única. Entre ellas se encuentran piezas de Walter de Maria, James Turrell y Claude Monet. La sala dedicada a la serie de los nenúfares de Monet está completamente iluminada por luz natural, lo que evoca una sensación totalmente inédita y diferente para apreciar sus obras.
El Museo Lee Ufan, a pocos metros del Museo Chichu, reúne los últimos trabajos del coreano Lee Ufan, el cual ha sido clave para el desarrollo del arte contemporáneo en Asia.
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