Papel vs digital: ¿eficiencia o sostenibilidad?

¿Eres de los que prefieren leer un buen libro en papel, o prefieres descargarlo y leerlo en un Ebook? ¿La primera impresión de tus ideas la realizas en un cuaderno o directamente en el ordenador? La batalla entre el papel y los soportes digitales se encuentra en bastantes hábitos de nuestro día a día, no solo por el mejor rendimiento que presentan unos u otros, sino por la huella de carbono que deja la lectura digital, y la fabricación de libros y materiales electrónicos.

Gracias a los avances tecnológicos de las últimas décadas, hemos desarrollado numerosos inventos que nos hacen la vida más fácil, y conseguir mayor eficiencia a nivel operativo en ciertos trabajos. Dos grandes ejemplos son los libros electrónicos, y las tabletas gráficas, estas últimas muy presentes en el mundo del diseño y la ilustración. Pero… ¿y el papel?

En primer lugar, podemos hablar de estas “pentablets” de lápiz digital sin cable, que son sensibles a la variación de presión. La tecnología se basa en la resonancia electromagnética. La base de la tarjeta contiene unos emisores de campo electromagnético, mientras que el lápiz posee un circuito resonante que oscila según el campo electromagnético que recibe. Los diseñadores de todo el mundo dependen de estas tabletas, ya que esta fuente de herramientas para trabajar de manera más rápida y más inteligente, para lograr su visión.

¿Pero conseguirán las herramientas de trabajo digital sustituir completamente a las tradicionales en el campo del dibujo y el diseño?

“Los cuadernos de papel todavía tienen un papel esencial en el comienzo del proceso de las ideas”,

señala Mike Gay, vicepresidente senior de la división de Consumo de Wacom, empresa líder en el campo. “Con frecuencia, son el último paso analógico dentro de un estilo de vida que es ya completamente digital.”

En segundo lugar, nos podemos adentrar en el campo de la lectura y la impresión en papel. Al contrario de lo que mucha gente piensa, la impresión de la información en papel puede dañar menos el medio ambiente que la huella de carbono que deja la lectura digital y la fabricación de libros electrónicos. Algunas empresas francesas afirman que, a pesar del avance tecnológico que implica, el libro electrónico es “un desastre para la ecología”.

Los argumentos que aportan se basan en el coste energético y mineral necesarios para la fabricación de las piezas de estos libros, que pocas veces son reciclables. Además, implica la deforestación que se lleva a cabo para acceder a ciertos minerales, que normalmente se adquieren en países subdesarrollados.

La huella de carbono que deja la impresión en papel es menor a la del consumo de la información digital, y, de hecho, muchas empresas “ya empiezan a preocuparse por los residuos tecnológicos”. Por ejemplo, la huella de carbono que genera la impresión de un libro de tapa dura, de 300 páginas durante todo su ciclo de vida (desde el árbol hasta el lector) es de 1,2 kilogramos de CO2, que equivale a 15 búsquedas rápidas en internet (de media 1 minuto cada una) o dos horas en total de navegación por internet.

Otro ejemplo muy visual es, que hace falta leer 33 libros de 360 páginas cada uno en algún dispositivo de lectura digital, para amortizar el coste medioambiental que supone fabricarlo. También, es preferible para el medio ambiente imprimir un correo, en blanco y negro, con un documento adjunto de 4 páginas a doble cara, que leerlo en la página del ordenador durante más de 15 minutos.

Según la información que aporta la ASPAPEL (Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón), el papel es el material que más se recicla en todo el mundo, y su repercusión en la lucha contra el cambio climático “empieza a abrirse camino”, porque sus características medioambientales son “imbatibles”.

Nos encontramos frente a un debate entre eficiencia y sostenibilidad, aunque en los últimos años se ha ido descubriendo que estas son cada vez más compatibles.

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