La perspectiva siempre ha sido un elemento fundamental en las artes plásticas. Los artistas han intentado reproducir la realidad que ven nuestros ojos, plasmar el espacio y la profundidad, y los efectos de la distancia y de la luz, pero también han querido romperlo, crear perspectivas imposibles, y jugar con las formas en las que nuestros ojos y nuestro cerebro captan lo tridimensional y lo bidimensional. 

La anamorfosis es una técnica que se basa precisamente en la creación de imágenes sujetas a ilusiones ópticas y a los efectos de la perspectiva. Se trata de una técnica de orígenes muy antiguos, que en la actualidad podemos encontrar en disciplinas como la pintura, el diseño gráfico y las artes visuales y plásticas en general. Consiste, básicamente, en crear una imagen o escribir una palabra que sólo tiene sentido desde un punto de vista del espectador, gracias al juego con el espacio tridimensional o con la perspectiva. La aparente deformación de la imagen puede ser sobre un plano, de forma que es necesario mirar dicho plano desde un lugar y de una forma concreta para descubrir la imagen, o incluso con la necesidad de utilizar elementos auxiliares como espejos. También hay artistas que utilizan elementos del espacio, de forma que sólo desde una perspectiva, una altura y una distancia concreta, se aprecie el mensaje oculto.

En pintura, encontramos una técnica antigua tradicional que tiene mucho que ver con el anamorfismo: el trampantojo. Esta técnica fue muy utilizada durante el Barroco y el Renacimiento, y también por los surrealistas y los artistas hiperrealistas, y consiste en intentar engañar al ojo mediante el sombreado, la utilización de los elementos arquitectónicos, la perspectiva y otros efectos ópticos.

En la historia del arte, quizá el más conocido artífice de la combinación de dibujo e ilusión óptica fue Escher, famoso por sus grabados y litografías en los que recreaba mundos y perspectivas imposibles, desafiando las leyes físicas y matemáticas, y plasmando una realidad tridimensional sin límites en el plano.

El uso del anamorfismo aplicado a las palabras permite a artistas conceptuales de la actualidad crear mensajes cambiantes e ilusiones ópticas muy interesantes, aprovechando el espacio como soporte y la perspectiva como descodificador de un mensaje con un único punto de vista posible. Algunos ejemplos de obras que utilizan estas técnicas son las de Thomas Quinn, artista norteamericano que combina la arquitectura con la tipografía anamórfica. También cabe mencionar la obra de Joseph Egan, que creó una primera obra de este estilo en los pasillos de su universidad, el Chelsea College of Art and Design en Londres. Utiliza también esta técnica en su obra de Ole Martin Lund Bø, artista noruego que aprovecha distintos materiales sobre los que plasma sus mensajes anamórficos. Finalmente, podemos hablar del artista suizo Markus Raetz, que no utiliza como soporte para su obra elementos arquitectónicos o materiales, sino que crea esculturas con las propias palabras, transmitiendo una idea de doble sentido y relatividad del mensaje que cambia según desde dónde se vea.

Actualmente es una técnica que podemos considerar muy llamativa, en España, estos últimos años, los chicos de Boa Mistura están recorriendo el mundo realizando obras entre las cuales destaca el anamorfismo. Además, el grupo estadounidense OK Go utilizó esta técnica para el videoclip del tema Writings on the wall.