Un espacio para la innovación

¿Cómo se han convertido en “commodity losers” empresas líderes en innovación de hoy en día? Muchas, aun desarrollando buenos prototipos ingenieriles con tecnología innovadora, no consiguen transmitirla al producto en sí ni a futuros clientes.
Sohrab Vossoughi, fundador de ZIBA design, tiene una teoría: centrar la innovación en una especialidad, tecnología en la mayoría de los casos, y dejar otras como el desarrollo del producto y la experiencia de los consumidores a un lado de la innovación.  En 1984, de la inquietud de un joven por el diseño industrial nació un negocio cuyo primer gran éxito llegó 5 años más tarde con el diseño un limpiacristales, el Cleret Squeegee, el cual forma parte de la colección permanente del Smithsonian Design Museum.

Sketching process
Sketching process

ZIBA ha trabajado para marcas como Starbucks, Microsoft, Logitech, Philips, KitchenAid, P&G y Johnson&Johnson entre otras, consolidándose como una de las cinco mejores firmas de diseño del mundo. En el interior de ZIBA, el desarrollo de productos únicos e innovadores comienza con algo tan básico como un brainstorming. La puesta en común de ideas multidisciplinares sobre materiales, investigaciones, aplicaciones, sensaciones, diseño, fabricación… en un equipo integrado por todas las áreas de la empresa es el origen de las estrategias más creativas.

Conscientes de la importancia de la relación producto-usuario ponen la lupa en las emociones, la esencia del producto y sobre todo en empatizar con el consumidor. A día de hoy, Sohrab Vossoughi, apodado por algunos como el “gurú de la innovación”, tiene a la espalda alrededor de 50 patentes y más de un centenar de premios. Además de colaborar con empresas en el diseño y desarrollo productos, tomó la iniciativa en 2011 de crear ZIBA LABS para aquellos proyectos sin mecenas.  De entre la variedad de proyectos se encuentran algunos como Put a bird in it, JumpSeat o Signet.

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