Fiel a una arquitectura contemporánea y rompedora, Zaha Hadid fue la primera mujer en ganar el premio Pritzker, el máximo reconocimiento mundial arquitectónico, resaltando en un ámbito eminentemente masculino. Sin duda es una de las arquitectas más importantes de todos los tiempos.

Nacida en Bagdad (Iraq) en 1950, Zaha mantiene un estilo reconocible a simple vista que consigue sorprendernos en cada obra. Su arquitectura se caracteriza por sus formas arriesgadas y en sus edificios podemos observar características comunes, como curvas futurísticas, una iluminación impactante y un color blanco impoluto.

“Me gusta correr riesgos y llevar la arquitectura más allá de sus límites.”

Pero no todo en sus obras es el diseño, si no que este se combina con funcionalidad y se integra en el espacio en el que se ubica. Un ejemplo de esto es el Heydar Aliyev Center, un centro culturar situado en Baku, Azerbaijan, con el que Zaha ganó el premio a diseño del año del London Design Museum que en realidad consta de tres edificios en los que se encuentran un centro de conferencias, un museo, una biblioteca, un restaurante y salas de exposiciones.

Este conjunto da la sensación de emerger de la topografía natural del paisaje ya que está formado por una sola superficie exterior continua que aporta fluidez. La fibra de vidrio reforzada con hormigón y la fibra de vidrio reforzada con poliéster permiten crear la particular geometría del edificio.

“Los edificios deben implicar, integrar y adaptar procesos complejos, de modo que asimilen los aspectos de trabajo, educación, ocio, habitabilidad y transporte”

En el caso de las estaciones de ferrocarril de Innsbruck, nos encontramos unas estructuras ligeras sobre hormigón que buscan integrarse en el paisaje montañoso, imitando estructuras de hielo.

El Galaxy Soho en el centro de Pekín, un centro comercial y oficinas formadas por distintos edificios que se conectan a través de pasarelas generando un efecto óptico impactante, que reinterpreta el paisaje asiático inspirándose en los campos de arroz.

Tras un año de pruebas y maquetas con distintos materiales constructivos que permitieran unir diseño con funcionalidad, los materiales empleados fueron hormigón reforzado con fibra de vidrio y acero inoxidable para el interior y aluminio blanco para el exterior, el cual permite crear capas para conseguir volumen en el edificio.

“Más que un estilo, lo mío es intentar estar siempre en la frontera de la innovación”

El MAXXI, Museo Nacional de Artes del siglo XXI en Roma, en el cual se buscaba la adecuación con el entorno urbano integrando el concepto de fluidez de lo construido con la herencia clásica de esta ciudad.

Destacan sus paredes curvas que pueden ser usadas para realizar exposiciones en el interior, pero también instalaciones en el exterior. Entre los materiales utilizados destaca el hormigón visto, ya que es un elemento dominante en el diseño, junto con el acero y el cristal.

Por último, un ejemplo de su arquitectura en España es el Pabellón Puente, el cual fue uno de los edificios principales en la Expo 2008 de Zaragoza. El edificio es un pabellón dedicado al agua como recurso, en una exposición que se encuentra a lo largo de los 270 metros del puente. La cubierta se construyó con cristal de plástico y la estructura es metálica y de hormigón. Esta última tuvo que ser construida en tierra firme para después ser trasladada hasta el cauce del río Ebro.