Food Design
¿Hay algo más apetecible que un buen trozo de chocolate? ¿Y si además hubiese sido esculpido por un gran artista?
La creatividad e innovación que aporta el diseño y el placer que ofrece una sabrosa comida, se ponen de acuerdo para dar lugar al food design, cuyas interpretaciones son múltiples y nos proponen un sinfín de posibilidades.
Fue concebido por arquitectos y diseñadores industriales, con la intención de innovar tanto el producto como la experiencia sensorial, al mismo tiempo que de un modo estético, se mejora su calidad pensando en los beneficios que aporta cada alimento a nuestra salud.
Se trata de una ciencia interdisciplinaria, ya que combina ingeniería química y mecánica, microbiología, nutrición, economía, marketing, sin olvidar su parte más artística y creativa.
Diseño y culinaria; dos mundos que parecen tan distantes entre sí unen sus fuerzas, dando lugar a esta joven disciplina que en muy poco tiempo se ha propagado por todo el mundo. Esto ha permitido desarrollar muy dispares interpretaciones de este nuevo arte; maneras diferentes de enfocarlo en función al objetivo deseado. Encontramos desde la creación de nuevos instrumentos de cocina, la experimentación con ingredientes que no habían sido utilizados antes, hasta originales modos de preparar y servir la comida.
Cada vez más empresas de cocinas, supermercados o chefs de prestigio añaden este tipo de diseñador a su plantilla, ya que les ofrece una nueva visión cultural y una buena imagen comercial.
La comida se ha convertido, junto con la moda textil, en una de las tendencias de mayor reclamo social en los últimos años, y sigue aumentando su seguimiento gracias a las redes sociales (Instagram, Pinterest, Facebook…).
Podemos encontrar incluso estudios de Máster en Food Design en la Scuola Politecnica di Design, donde se imparten tanto clases teóricas como prácticas en diversas empresas. Periodistas, críticos de cocina, diseñadores, arquitectos, chefs y profesionales del sector agrónomo toman parte en este proceso de aprendizaje.
Un ejemplo de ello es Vogelzang, una joven diseñadora alemana, que ha apostado por esta técnica y ha abierto Proef, un restaurante localizado en Ámsterdam donde ofrece la experiencia de disfrutar platos de diseño alternativos, a partir de alimentos de temporada totalmente orgánicos. Ella afirma: “La comida está perfectamente diseñada por la naturaleza, no es necesario que yo interfiera en ella”.
Mano a mano con la demanda del consumidor en busca de cocinas más verdes y alimentos de origen más ético surge la idea de Eindhoven Jihyun Ryou: una cocina que, basada en antiguos métodos japoneses, mantiene las verduras y hortalizas frescas en contenedores de arena húmedos para mejorar su conservación. De este modo, es posible prescindir de la refrigeración y por lo tanto de energía, lo que permite que las verduras preserven su sabor sin exponerse a la agresividad de un refrigerador.
Esta novedosa forma de ver la gastronomía se ha vuelto de gran importancia en la industria alimentaria. Las técnicas que se van perfeccionando junto con las frescas ideas que van surgiendo permiten que el entusiasmo por cocinar, la nutrición y el bienestar vayan en crescendo y den lugar a comida de calidad que pueda ser disfrutada por todos.
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