Ganadora del Premio CES 2018 a la Innovación el pasado mes de noviembre, la empresa Makeblock, proveedora líder de soluciones educativas CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), lleva ya acumulados cinco grandes premios de prestigio internacional gracias a su recién llegado producto, el Makeblock Neuron. Y la gran pregunta es, ¿qué son estos pequeños bloques con aspecto infantil y cómo pueden cambiar el mundo?

Como ellos mismos lo definen, Makeblock Neuron es una plataforma de bloques electrónicos de construcción para dar formación en CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). El producto incluye hasta 30 tipos diferentes de bloques, fácilmente programables, que pueden ser combinados libremente para diseñar herramientas y juguetes innovadores.

Los bloques tienen un diseño cuadrado, con un aspecto atractivo para los niños. Las piezas se dividen según sus funciones en: bloques de entrada, control, comunicación y salida. Éstas pueden ir desde las más básicas como encendido-apagado, bluetooth, panel LED, micrófono-altavoz, hasta algunas funciones más complejas y específicas como un giroscopio, un reconocedor de voz, sensor de humedad o sensor de temperatura. La conexión entre ellos se realiza por conectores Pogo-Pin y se programan a través de un interfaz muy intuitivo en la app del producto, pudiendo además manejarlos a distancia desde cualquier punto del mundo con conexión wi-fi.
Mediante estas sencillas herramientas, en la página web ya te dan bastantes ideas de artilugios que puedes crear; tanto juguetes infantiles, como un molinillo de viento que gira al detectar movimiento; hasta sistemas que te dicen al preguntarles, si necesitas regar las plantas. Además, han normalizado los bloques para que sean compatibles con las míticas piezas de construcción LEGO, pudiendo llevar la creatividad de los pequeños más allá de su imaginación.

Bueno y, ¿por qué estos tipos de juguetes son importantes en la educación de los más pequeños? Pues la respuesta hoy en día resulta bastante evidente, en un mundo donde las tecnologías están en primera plana, los niños tienen asegurado un futuro en un mundo rodeados de sistemas electrónicos, tanto en sus lugares de trabajo como en las casas donde vivan. Por ello es muy importante brindarles una formación que fomente su intuición en este campo.
Despertar en ellos la curiosidad en este mundillo es básico para poder prepararlos ante una realidad inevitable que está dejando cada vez más atrás lo analógico. Y el modo en que Makeblock les introduce en la electrónica es perfecto, pero… ¿Qué infunden estos nuevos juguetes en los niños que los hacen merecedores de tanto premio al producto y la innovación?
Principalmente creatividad, ya no solo en el ámbito constructivo, que es algo que llevamos recibiendo los más pequeños desde generaciones atrás gracias a juguetes como Playmobil o LEGO; si no que, con la robótica, comienzan a dar una funcionalidad real a sus ideas, pudiéndolas proyectar y desarrollar hasta el final.
Esto los lleva directamente a mejorar su autoestima, su tolerancia a la frustración y despierta en ellos un pensamiento crítico con el que descubren como de los errores se aprende.

Utilizar la robótica educativa enfocada como un juego desde edad infantil es anticiparse a todo lo que está por venir. Pues, sin duda, cuanto más pequeños adquieren ciertos conocimientos o habilidades, más facilidades y destrezas tendrán según sigan desarrollándose. El futuro está en sus pequeñas manos.