Durante décadas se ha investigado en la creación de fibras sintéticas que puedan conformar nuevos materiales con distintas propiedades que a su vez tengan un nivel de producción superior a los actuales. La tela de araña ha sido uno de los objetivos de muchos laboratorios.

Es evidente que la tela de araña no se extrae de granjas en las que se encuentran miles de estos pequeños insectos los cuales están siendo continuamente ordeñados. Esto es debido a dos razones, primero, la producción a escala industrial sería escasa y segunda, el instinto de supervivencia que tienen estos insectos no ayudaría mucho.

El secreto de este material se basa en la proteína de la seda de araña, compuesta por fibroína y sericina. Siendo la primera de mayor interés pues es la principal responsable de la estructura de la seda. Tras procesos de bioingeniería se ha conformado la tela de araña sintética. Nos encontramos con un material que es 340 veces más duro que el acero y que además supone de un interés notable en el sector de ingeniería textil pues sus propiedades mecánicas son excepcionales. Entre sus múltiples aplicaciones se destacan las médicas en forma de tejidos para regeneración de órganos, tendones o ligamentos así como dispositivos protectores, aplicaciones balísticas a modo de chalecos antibalas o con fines civiles de protección como vallas o parachoques ya que  absorbe grandes cantidades de energía antes de su fractura. Además es sostenible, customizable y altamente funcional.

Este material ha sido desarrollado por la compañía japonesa Spiber y gracias a un proyecto de colaboración con la empresa de material deportivo North Face, ha nacido la Moon Parka, una prenda diseñada para condiciones extremas y bajas temperaturas.  Lleva el material QMONOS, que es el nombre comercial del material.

Durante el proceso de prototipado fueron escogidas las proteínas que mejor combinaban con las necesidades de una prenda de este estilo. La Moon Parka es la primera prenda confeccionada a partir de hilos de material proteico sintético.

Esto supone un paso más hacia una nueva generación de productos hechos con materiales creados en laboratorios. La gente de Spiber contempla los mercados de la moda, automoción y medicina como posibles campos de actuación. Una cosa queda clara, la biotecnología está aportando un avance que tendrá un impacto importante en el mundo del diseño y la fabricación.