EVO 07: La guía para que hables mejor sobre la Impresión 3D

Resulta que en estos últimos años la impresión 3D está siendo trending topic en las conversaciones sobre nuevas tecnologías. Es frecuente que este tema de conversación llame la atención de los más curiosos, pero… creemos que no sabéis todo acerca de las posibilidades reales que tiene esta tecnología. Escaneado tridimensional, tejidos artificiales, edificios, pistolas… En este artículo podrás conocer de cerca qué se cuece en torno al 3D printing.

Noto el botón con el tacto de mis dedos, tras el “click”, comienza a escucharse un sonido que nos hace pensar que todo va a empezar. La temperatura de la impresora es cada vez mayor cuando de repente el pistón inicia un movimiento expulsando finos filamentos de color blanco se depositan sobre la placa caliente. ¡Nuestros ojos estaban ante su primera experiencia de impresión en tres dimensiones! Esto ocurrió hace poco tiempo pero la historia de esta “herramienta del futuro” se remonta a la década de 1980.

Quién iba a imaginar hace unos pocos años que la impresión 3D cambiaría no sólo la forma de fabricar y plasmar las ideas si no también la forma de ver el mundo. Y aun más cuando en 1984 unos investigadores franceses descubrieron la primera técnica de impresión 3D la cual no pudieron patentarla por falta de perspectiva de negocio. Él que si lo hizo fue Chuck Hull el mismo año, recibiendo ésta el nombre de “estereolitografía”, basándose  en la adicción de capas de resina con una posterior solidificación a través de luz ultravioleta. Más tarde, en 1990 Scott Crump desarrolló una práctica que permitió un menor coste de elaboración a través del fundido de polímeros al igual que la anterior, capa a capa.

Fue a partir del año 2005 cuando comenzó a perfilarse una revolución en el mercado doméstico gracias al proyecto RepRap donde el Dr. Bowyer de la Universidad de Bath, UK, desarrolla la primera impresora 3D con la capacidad de autorreplicarse casi en su totalidad. Esto unido a la aparición de la comunidad “Maker” hizo posible un acercamiento a una colectivo más amplio.

El diseño cumple una función indispensable en todas las aplicaciones de este aparato ya que el proceso previo a la confección del objeto requiere de ello a través de un boceto inicial y una posterior modelización en un programa CAD (computer-aided-design) como el Google SketchUp. Pero no te preocupes si no eres diseñador o ingeniero ya que hay comunidades promotoras del movimiento “Do It Yourself” que comparten sus proyectos en plataformas de carácter altruista como la web Thingeverse.

También se pueden captar las dimensiones reales exactas de un objeto directamente de cámaras dispuestas en 360 grados, este es el ejemplo de la empresa  salmantina MyMe3D que consigue imprimir tu propio clon, el de algún familiar o el de tu mascota a escala, en cerámica y con todo lujo de detalles. Su fundador comenta orgulloso. “Viene incluso gente invidente con su perro. Les gusta mucho poder identificarlo en cerámica por el tacto”.

Clon en cerámica de una pareja junto a sus dos perros
Clon en cerámica de una pareja junto a sus dos perros

Si hay un mundo unido al diseño ese es el de la arquitectura. La tecnología tridimensional prospera en el terreno de la construcción, este año se ha inaugurado el primer edificio de oficinas fabricado completamente a través de una impresora 3D de 6 metros de alto, es el caso de las instalaciones de Dubai Future Foundation en las que se ha ahorrado el 70% de los costes. Otro proyecto en proceso es el levantamiento del primer puente impreso realizado en Ámsterdam (Países Bajos) compuesto de metal y ejecutado por dos robots-impresora de gran complejidad, confeccionado por la empresa MX3D.

Recinto de oficinas con edificios construidos con técnica de impresión 3D
Recinto de oficinas con edificios construidos con técnica de impresión 3D

robot-impresora en acción por cada lado del puente
Robot-impresora en acción por cada lado del puente

A lo largo de los años se han ido descubriendo más y más materiales compatibles con las impresoras 3D hasta el punto de poder crear tejidos humanos como los órganos a través de células humanas. Este avance permitirá reducir las listas de espera de trasplantes y evitar rechazos de éstos ya que las células pertenecerán al paciente. “Este cambio revolucionará los quirófanos del futuro porque al lado del cirujano se encontrará ingenieros y expertos en materiales y en software” apunta Josep Samitier, director del IBEC. Además también se está trabajando con órganos exactos de pacientes para la práctica anterior a la operación y elaboración de prótesis a medida.

Foto de los huesos de un dedo, un riñón y una oreja impresas en 3D
Foto de los huesos de un dedo, un riñón y una oreja impresas en 3D

La impresión 3D también ha traspasado las fronteras de nuestro planeta llegando hasta la Estación Espacial Internacional haciendo historia en 2014. “Esta tecnología mejorará para siempre la forma en que vivimos y trabajamos en el espacio y, a la larga, proporcionará la tan ansiada solución para hacer sostenible la exploración espacial humana”, aseguran desde la NASA.

Pese a todos estos avances y descubrimientos la impresión 3D tiene sus partes de controversia y polémica ya que existen personas que se aprovechan con la venta de armas impresas en 3D que pasan desapercibidas en los detectores de metales. También existen otros puntos negativos como la dependencia de los plásticos como el ABS y PLA que emiten entre 20 y 200 millones de partículas perjudiciales para la salud. Además se añade el problema de derechos ya que motiva la piratería sobre productos diseñados por marcas o propietarios ajenos. Y por último la responsabilidad del fabricante ya que si alguien mata con un cuchillo o pistola impresa en 3D o se rompe el cuello con un casco impreso en 3D, ¿Quién es el responsable? ¿El propietario de la impresora, el fabricante de la impresora o la persona que realiza la acción?

Pistola ensamblada junto a la totalidad de sus piezas impresas en 3D
Pistola ensamblada junto a la totalidad de sus piezas impresas en 3D

Artículo realizado por Jaime Cano Cavestany y Salva González.

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