La poesía fotográfica de Chema Madoz
¿Alguna vez has encendido una hoguera con lápices, utilizado un dedal como maceta o tocado una batería hecha de vinilos? Aunque parezca imposible, esto son tres ejemplos del fascinante trabajo de Chema Madoz, uno de los fotógrafos más importantes de España.
La obra de Madoz no consiste en fotografiar paisajes, personas o edificios, sino que capta la esencia de los objetos: aquellos objetos que los seres humanos estamos acostumbrados a ver día tras día, tan a menudo que nunca nos paramos a pensar realmente en ellos. “Considero que desde la infancia estoy prendado por el aura de los objetos, por su capacidad de absorber el mundo de las emociones. En el día a día nos dejamos llevar por su uso cotidiano, dando la espalda a su lado poético, al que quizá yo presto atención.” – explica para El País.
En concreto, el fotógrafo consigue llamar la atención del público relacionando varios objetos mediante la semejanza de su forma, de manera que cambia por completo la función que estos tienen en nuestra vida diaria. Así, por ejemplo, logra que una nube se convierta en la copa de un árbol o un reloj en las vías de un tren, haciéndonos viajar a realidades que nunca habríamos imaginado.
A lo largo de su carrera, Madoz ha ido desarrollando un estilo y una técnica que hacen que su trabajo sea inconfundible. Una de las características que más llaman la atención en cuanto a sus fotografías es que nunca las toma a color, sino que se ciñe al blanco y negro. En una entrevista para Xataka Foto, Chema Madoz detalla las razones: “Primero, es un ejercicio de reducción, ya que limitas el color a dos opciones que se enfrentan, algo que también sucede con los objetos (en general son dos objetos contrapuestos); segundo, permite jugar más fácilmente con las texturas a la hora de establecer vínculos o nexos.”
Por otro lado, sus fotografías están tomadas con luz natural, la cual utiliza en su favor en muchas ocasiones, creando sombras que le ayudan a alcanzar el resultado buscado. La finalidad de esta técnica es conseguir un carácter lo más realista posible, aunque sin salirse del surrealismo y metaforismo que transmite a través de los objetos.
Es cierto que la revolución digital podría quitarle mérito a la obra de Madoz, ya que actualmente es relativamente fácil manipular fotografías con programas como Photoshop. Sin embargo, otra de las peculiaridades de este artista es que siempre ha utilizado una cámara analógica: todas las manipulaciones que realiza en los objetos son hechas a mano, nunca digitales.
No obstante, las fotografías de Madoz no requieren solamente una cámara. Detrás de cada una de ellas hay un largo proceso de ideación antes de poder dar el click definitivo. “Trabajo casi siempre con pequeños bocetos para hacer una primera aproximación visual y ver si puede funcionar. Después, viene el proceso de construcción, de buscar los elementos necesarios. La fotografía no entra en escena hasta el final, cuando el objeto ya ha sido manipulado y está todo solucionado.” – explica en una entrevista para El Mundo.
Por todo esto, Chema Madoz es considerado no solamente fotógrafo, sino también escultor, diseñador y poeta. Pero, a pesar de ello, él afirma que su única intención es construir algo con el objetivo de ser fotografiado: “servirme de la fotografía como testigo y memoria de algo que en realidad no tenía más fin que el de ser fotografiado”.
Leave a Comment
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.