¿Un futuro bioluminiscente?
Es muy posible que no hayas escuchado hablar de bioluminiscencia. Es una característica de algunos seres vivos que les permite generar luz que y a nosotros puede servirnos como una forma ecológica de obtener energía lumínica. Los seres vivos bioluminiscentes que se encuentran más a nuestro alcance y de los que más podemos beneficiarnos son los pulpos o las sepias que utilizan un tipo de bacterias para cambiar de color.
Pero, ¿porqué nos es tan conveniente? En primer lugar, se ahorraría un gasto energético de la factura de la luz. Ya que es necesario e inevitable el gasto de comprar una lámpara, sería sustituir la adquisición de una corriente por otra más especial. En segundo lugar, se utilizan directamente recursos naturales apenas implicados en procesos industriales y cuyos desperdicios son igual de naturales y biodegradables.
El campo de la bioluminiscencia está aún por llegar, esta clase de iluminación apenas se acaba de empezar a investigar. A día de hoy no hay una gran variedad de prototipos ni productos donde poder elegir por lo que os traemos tres productos existentes para así poder dar una idea de lo que se podría llegar a conseguir.
AMBIO
Proyecto realizado por la diseñadora Teresa van Dongen, esta diseñadora estudió biología antes de finalizar su carrera de diseño para poder realizarlo debido a su gran interés por este ámbito.
Para que Ambio comience a emitir luz, sólo es necesario hacer que oscile, no hay botones ni cables. Una vez dado un suave golpecito para que comience a moverse, la lámpara emitirá luz durante aproximadamente 20 minutos, hasta que se detenga por completo. El motivo de este suceso es que esta oscilación provoca la oxigenación del agua y, al ser las bacterias sensibles al oxígeno, éstas reaccionan emitiendo luz. Las bacterias son extraídas de la piel del pulpo y comparten esa reacción en presencia del oxígeno que también caracteriza a aquellas que se pueden ver en algunas playas al romper las olas de noche, como muestra el video. Las bacterias fueron extraídas de la piel del pulpo y aisladas para luego crear una gran colonia dentro de agua marina artificial en un laboratorio, con los nutrientes necesarios para su desarrollo.
Actualmente están investigando en la esperanza de vida de estas bacterias, ya que una vez en Ambio sobreviven tan sólo un par de días. Pero se ha conseguido que en el laboratorio una población de bacterias durase hasta tres semanas. Esta claro que Ambio es un proyecto que está en fase de desarrollo, pero es el inicio de algo que nos puede llevar lejos si lo investigamos. “Ambio es una visualización de dónde estoy parada en esta búsqueda. Quiero insinuar la manera de usar la naturaleza como una fuente de energía en la vida diaria”, señala Teresa en una entrevista.
DINOPET
Los fundadores de Yonder Biology y creadores de Dino Pet en 2012 empezaron a buscar una fuente de luz renovable y sostenible. Buscando inspiración en la naturaleza, encontraron el fenómeno que muestra el vídeo y que se da cada año, cuando las playas de San Diego se encienden al romperse las olas. Esto es debido a la bioluminiscencia del fitopláncton Dinoflagellata. Estas criaturas utilizan la luz del sol en el proceso de fotosíntesis para crear su propia energía y por las noches, con el movimiento del medio que las contiene, crean su propia luz. Dura unos 3 meses como lámpara.
Este es un proyecto distinto en muchas de sus características. Por su nombre, Dino Pet, pretenden que se trate como una mascota a la que es necesario alimentar o en este caso “poner al sol para que cree su energía”. Por otro lado, el molde en el cual están confinado tanto el fitoplancton como el líquido en el que se encuentra es creado con una impresora 3D, mostrando lo innovador del diseño y la idea.
MICROBIAL HOME
A diferencia de las otras dos lámparas, en este modelo no es necesario movimiento alguno de las bacterias luminiscentes para obtener la luz y en principio, se mantiene encendido toda la noche. Estas bacterias se alimentan de metano, cuya procedencia es otro de los beneficios ecológicos de esta tecnología -nuestros desperdicios dejarían de serlo para convertirse en una fuente de energía para nuestra nueva y original lámpara ecológica-. Para este fin incluye un contenedor situado en el suelo, cuya finalidad es que el usuario deposite los desperdicios además de ser el lugar donde ocurren los procesos de degradación que mantienen vivas a las bacterias. La estructura la constituyen un marco de acero y unas celdas interconectadas entre sí por tubos de silicio que sirven de conductos de alimentación.
Esta lámpara es sólo una parte del proyecto de Phillips Microbial Home, donde presentan una casa entera cuya energía procede de fuentes renovables y sostenibles de energía, principalmente de microbios, como insinúa el propio nombre.
Hay que tener en cuenta que la bioluminiscencia como tal no tendría el fin de iluminar una casa entera, pero resultaría de gran utilidad para espacios con baja luz en cines, discotecas o como fuente de luz ambiental tanto en jardines particulares como parques. Además, aseguran que el color de la luz podría variar en función de las proteínas contenidas en los medios en que se encuentran las bacterias o el fitoplancton.
Tal vez el reto más grande al que se enfrenta esta luz especial sea que la mayor parte de los seres vivos bioluminiscentes se encuentran en el fondo del océano, y nuestra accesibilidad a éste es mínima. Existen infinidad especies de las cuales aún no sabemos nada, gracias a la investigación podemos tener claro que en un futuro haya grandes cambios y avances en éste ámbito.
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