Agua e impulso son las bases de su estilo tan personal. Andrés Sánchez-Ocaña, más conocido como ‘Misterpiro’, se ha convertido en un reconocido artista urbano a sus tan solo 22 años. Estudió Diseño en la Universidad Complutense de Madrid, donde nació y actualmente vive.

Cuando me lo preguntan digo que nada en concreto, es la verdad, simplemente es un nombre que me adjudique con 11 años. Empecé a pintar grafiti y a firmar por ahí, con el tiempo se fue quedando como nombre artístico y ahora ya casi nadie se acuerda del mío real.

¿Cómo fueron tus inicios, desde siempre tuviste esa pasión por el arte?

La verdad es que siempre me recuerdo dibujando y haciendo garabatos… Pero quizás todo empezó cuando de pequeño comencé a pintar letras y piezas. En el 2006 abrieron una tienda de sprays en Plasencia (Extremadura), donde crecí, y nunca imaginé que ello me llevaría poco a poco a introducirme en el mundo del arte y arte urbano. Más tarde decidí estudiar algo relacionado, hasta tal punto que se convirtiera en un modo de vida.

Empezaste trabajando con grafiti y ahora te caracterizas por el uso de las acuarelas. ¿Qué te llevó a este giro? ¿Prevés algún cambio drástico en tu estilo?

Siempre he pintado con acuarelas o técnicas similares al agua en casa o en formato pequeño, mientras hacía grafiti en la calle. Uno de mis quebraderos de cabeza era cómo podría unir esas dos cosas tan diferentes, ya sea para pintar murales o cuadros. Hace unos años estuve en India casi un mes y allí conocí a varios artistas que utilizaban otro tipo de técnicas nuevas para mí y volví a casa decidido a probar, hasta que salió lo que hago actualmente. Ahora mismo me encuentro fuera de casa de nuevo y con ganas de darle una vuelta y cambiar, pero no es fácil.

Totalmente, al principio me ganaba mis primeros sueldos haciendo grafitis por encargo, no tenía ningún estilo definido y me ajustaba cien por cien a lo que el cliente me decía, era más que un artista un diseñador. Deje de hacerlo con el tiempo porque no estaba nada contento conmigo mismo.

¿Cuándo y con qué proyecto sentiste que lo que hacías empezaba a tomar relevancia y que tenías un estilo propio muy reconocible? ¿Te asustó?

La verdad es que no ha habido ningún momento exacto, cuando salen cosas nuevas pocas veces son en proyectos, casi siempre evolucionas cuando no estás sujeto a ninguna carga de trabajo, simplemente estas en el taller haciendo cosas que tienes en mente y salen cosas nuevas, a veces sin pensarlo.

Para nada, todo lo contrario, tener un estilo propio y reconocible es la meta de cualquier artista en general, aunque nunca hay que dejar de buscar y encontrarse a uno mismo.

Si, expuse una serie limitada de pequeñas piezas-esculturas y ha sido bastante gratificante, era la primera vez y aproveche para hacer algo en 3d, cosa nueva para mí y la gente quedó bastante contenta.

Si, ahora mismo estoy en Corea del sur, en una ruta por varias ciudades como Seoul, Busán o la isla de Jeju con un par de marcas de aquí y de España que nos han traído a otro artista y a mí para pintar en varias acciones, eventos y colaboraciones. En cuanto llegue a España voy a pintar a varios festivales en Ibiza y Mallorca y una masterclass en Soho House Barcelona.

Ese es mi mayor miedo también y lo que ronda a menudo en mi cabeza, el seguir evolucionando y perfeccionando el trabajo, pero creo que todo el mundo creativo que tiene un trabajo personal, alguna vez lo ha pensado. Aunque de nada vale pensarlo, te bloquea aún más. Creo que un buen consejo es producir y producir constantemente y equivocarte por el camino por supuesto.., y creer en tu trabajo. A mí personalmente me gusta analizar mi trabajo de hace años atrás y comparar qué cosas han cambiado y qué sigue igual.

Has tenido la oportunidad de viajar mucho y realizar proyectos en sitios muy diferentes. ¿Cómo ves el arte urbano español en relación con otros países?

En cuarto a artistas urbanos españoles sin duda hay un buen nivel y calidad  y bastante variedad en cuanto estilos y técnicas. En cuanto a España, aún le queda, no me refiero a aceptación en la sociedad, eso es un debate más que pasado, me refiero a valorarlo y tenerlo presente en sus diferentes posibilidades, que no son pocas.

Desde siempre has pintado en fachadas o paredes, sin embargo, también te has lanzado a pintar el interior de bares y restaurantes (Amargo Place to be, Madera, Bao…) ¿Te gustan este tipo de trabajos ligados al interiorismo?

Si claro, en realidad, no dejan de ser paredes, solo que puedes jugar un poco mas con la arquitectura interior o los elementos que decoran el espacio. Aun así no deja de ser un mural, pero no hay nada como pintar en exterior, jugar con un edificio y que esté expuesto en la calle.

Disfruto muchísimo con todo lo que hago, pero cuanto más grande sea un mural o más lejos de casa esté mejor. Disfruté mucho con un proyecto hace un año en Lisboa, no era mi trabajo personal, fue pintar la bóveda de una iglesia durante tres meses con un equipo de otros artistas y restauradores que no tenían nada que ver conmigo, fue una experiencia increíble. Ahora mismo no recuerdo ninguno que no disfrutara, si que a veces he llegado a casa y he visto el resultado y volvería para cambiar cosas.

Hay quien ve la profesión del artista o diseñador como algo inestable o arriesgado, hoy estás en un sitio y mañana en otro… ¿Qué opinas sobre esto? ¿Te parece arriesgado este modo de ganarse la vida?

Claro, esa incertidumbre es la que tiene cualquier persona que trabaje para si misma, además trabajar en algo creativo ya sea moda, arte, teatro, cine.. ya es difícil en este país, todos tenemos el futuro bastante presente en nuestras mentes. Pero bueno, en general hay que buscar la felicidad, yo personalmente prefiero sobrevivir haciendo lo que me gusta.

Hay algo que nos tiene bastante intrigados, ¿cuándo te das cuenta de que una obra esta acabada, que reflejas todos lo que querías, que por fin está completa y no necesita nada más?

Es una mala pregunta para mí. Creo que nunca he acabado una, sinceramente podría estar retocando una obra infinitamente jajaja incluso a veces me han devuelto obras de alguna exposición y las he retocado, sin embargo, sé que hay un punto donde parar, porque si no la empiezas a estropear y es frustrante. No sabría decirte, creo que es instinto.

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