Aguacate… ¿fruta o combustible?
Llegas a casa tras un largo día de estudio, tu padre ha preparado la cena y ¡hoy hay guacamole! Pero… ¡Papá no tires los huesos del aguacate! Probablemente él no sepa que tienen un alto poder calorífico que se podría utilizar como biocombustible. ¿Te imaginas poner gasolina de hueso de aguacate en tu coche?
Pero ¿de qué va esto de los Biocombustibles? Pues bien, son combustibles, de origen biológico, obtenidos de forma renovable a partir de restos orgánicos. De esta forma conseguimos una reducción de la cantidad de CO2 enviado a la atmósfera produciendo prácticamente la misma cantidad de energía que los combustibles convencionales.
En 2016 los grupos de Investigación ‘Ingeniería Rural’ y ‘Nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura y Medioambiente’, financiados por las Universidades de Almería y Córdoba, realizaron el primer estudio que consideraba las posibilidades energéticas del hueso del aguacate. Dicho estudio fue liderado por el Dr Alberto-Jesús Perea Moreno y sus resultados fueron publicados en la revista ‘Fuel’ bajo el título de ‘Fuel properties of Avocado Stone’
El aguacate es la 4ª fruta tropical más vendida del mundo, con un incremento del 139% en los últimos 20 años. Solamente es comestible el 38% de la pieza, por lo que una de las ventajas de utilizarlo como biocombustible es que se aprovecharían los productos de desecho que no nos comemos (el hueso y la piel). Este descubrimiento supondría reaprovechar toneladas de material que actualmente se tira a la basura. Además, son fáciles de obtener y se evitaría la tala de árboles que tiene lugar con otros combustibles verdes, como los pellets de madera.
El doctor Moreno afirma en su estudio que el hueso del Aguacate, con 4403 kcal por kilo, tiene unas propiedades óptimas como fuente de energía térmica equiparable a otros biocombustibles comercializados actualmente, como la cáscara de almendra (4200 kcal/kg) o el hueso de la aceituna (3700 kcal/kg).
El estudio fue realizado con los restos de aguacates obtenidos de fábricas malagueñas que elaboran guacamole. En él, se han analizado los parámetros energéticos relativos al poder calorífico, la humedad, aspectos químicos que afectan a la corrosión de las calderas, las grasas relacionadas con la contaminación y las cenizas que expulsan durante la combustión. Los resultados se determinaron gracias a una bomba calorimétrica, introduciendo el producto en un tanque de agua caliente se obtiene el incremento de temperatura y se establece el poder calorífico.
El gasóleo de calefacción tiene 9950 kcal/kg, lo que es prácticamente el doble que el del hueso de aguacate. Por lo que solamente se necesitan 2 kg de hueso seco por cada litro de gasóleo para conseguir el mismo efecto calorífico.
El desarrollo de este nuevo biocombustible está destinado tanto al ámbito doméstico como al industrial, así como a aplicaciones térmicas, eléctricas, y al transporte. Por lo que, en un futuro próximo, no sería raro que guardásemos los huesos del aguacate para utilizarlos como combustible y así calentar nuestra casa.
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