Obsolescencia programada. ¿Cómo frenarla?

¿Has comprado alguna vez un producto que esperabas que te durase mucho tiempo y se te ha roto a los pocos días? Sí, quizás tú también eres una víctima de la obsolescencia programada. Pero, ¿crees que es posible una sociedad sin productos de usar y tirar?

La obsolescencia programada surgió con la revolución industrial que dió lugar a la sociedad de consumo y a la producción en masa. En los años 20, las compañías acortaban la vida útil de algunos productos con el fin de aumentar sus ventas, de esta forma, la gente se veía obligada a comprarlos de nuevo.

Paradójicamente, la bombilla, símbolo de innovación e ideas, es uno de los primeros ejemplos de obsolescencia programada. En el año 1924 se pusieron de acuerdo los fabricantes de bombillas más importantes de Europa y de Estados Unidos, para crear una bombilla más frágil. Como contraejemplo de esta fragilidad tenemos la famosa bombilla del parque de bomberos de Livermore (California), cuya luz lo ha iluminado desde 1901 sin interrupción. ¡No se ha fundido en 115 años! Y a ti, ¿cada cuánto se te funde las bombillas en casa?

Actualmente el biznieto de Philips, Warner Philips, mantiene que mercado y sostenibilidad son posibles. Warner es el responsable de la lámpara de LEDs Philips de 25 años de duración. Él mismo dice:

La obsolescencia programada se reduciría si las empresas considerasen el coste real, es decir, si se incluyen todos los costes ocultos como el impacto ambiental, la transmisión de CO2, materias primas… etc

Una de las respuestas de la sociedad hacia la obsolescencia programada, fue realizada por los hermanos Neistat, que se dieron cuenta que durante el lanzamiento del Ipod su batería no duraba más de 18 meses, tras lo cual, al no poder reemplazarla, Apple recomendaba la compra de otro nuevo. Tras difundir el mensaje mediante un video y la modificación de los carteles de publicidad del ipod que realizaron los hermanos Neistat, una gran cantidad de estadounidenses que tenían el mismo problema se propusieron denunciar a Apple. Al llegar a los tribunales y antes de que se celebrará el juicio, la empresa se comprometió a asegurar la vida de sus ipods a dos años y estableció un departamento de recambios para los modelos a los que no se pudiese reemplazar la batería.

Para frenar la obsolescencia, se han planteado diversas medidas. Una de las primeras fue la implantación de las leyes de la garantía. Pero esto no es suficiente, por lo que diversas empresas y parte de la sociedad, han buscado otras soluciones para reducir, entre otras cosas, el impacto ambiental que produce el consumo excesivo.

La obsolescencia programada además de producir un mayor gasto económico a los consumidores, afecta también al medio ambiente, al desechar productos que aún pueden ser utilizados. Estos productos acaban en el Tercer Mundo. Los que son servibles son declarados objetos de segunda mano mientras que los inservibles dan lugar a vertederos de residuos electrónicos en estos países.

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Vertedero de residuos electrónicos, Ghana

Uno de los grandes avances de algunas empresas para frenar el efecto la obsolescencia programada es seguir el método “Cradle to Cradle” (de la cuna a la cuna), es decir, nacen y se reutilizan para el nacimiento de otro producto. Esto se basa en la convicción de que la industria puede imitar el modelo virtuoso de la naturaleza; los residuos no existen sino que son materias primas de otro proceso. Esta idea partió de los autores del ensayo Cradle to Cradle de Michael Braungart, químico y fundador de la Agencia para el Fomento de la Protección Ambiental (EPEA) y  el arquitecto William McDonough. Ambos, mediante sus tareas profesionales, ayudaron a la implantación de soluciones de diseño sostenible en las empresas.

Propugnan cambiar el concepto de “reducir, reutilizar y reciclar” (en el que tras la utilización del producto hay que ver cómo reutilizarlo), actuando desde el inicio con el fin de proteger el medio ambiente.

¿Te imaginas un coche cuyos componentes tengan maíz gracias al método “Cradle to Cradle”?

Esto es posible, como ha demostrado la empresa Ford Motor Company que incluye materiales renovables, reciclados y reciclables en su  coche Ford Model-U reemplazando derivados del petróleo por  bio-polímeros derivados del maíz, soja, girasol, etc.

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Ford Model-U

También han empleado este método empresas como Nike y Design Tex, dando lugar a un beneficio tanto económico como ambiental.

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Zapatillas Nike considered, hechas con material biodegradable y reciclable

¿ Y tú qué opinas? ¿La obsolescencia es culpa de las empresas o culpa nuestra por no exigirles mayor calidad en lo que nos venden?

Entonces…¿Nos engañan las empresas o nos engañamos a nosotros mismos?

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