Cualquiera que haya caminado por las calles de Madrid se habrá fijado en un imponente edificio de color blanco que se alza sobre los tejados de la ciudad.

Se trata de la Torre Picasso, un edificio de 43 plantas repartidas en 156 metros de altura, situado en el complejo de Azca. Actualmente alberga despachos de oficinas para las grandes empresas y cuenta con más de 120.000 metros cuadrados de superficie destinados a éstas. Pero la Torre Picasso no es lo que parece. Desde ETSIDI Design fuimos personalmente a conocer el edificio gracias a uno de sus ingenieros Jesús Fernando Díaz.

Este emblemático edificio fue diseñado por el arquitecto Minoru Yamasaki, conocido por diseñar también el antiguo World Trade Center en Nueva York (Las Torres Gemelas). Empezado el proyecto en la década de los 70, no se inauguró hasta el año 1989. Inicialmente se tenía pensado que alcanzase casi el doble de su altura actual en los primeros proyectos, pero finalmente la ley inmobiliaria de por aquel entonces impidió que fuese así. En un principio la torre iba a ser construida en Seattle, Estados Unidos, pero finalmente se construyó en Madrid. La Torre Picasso se caracteriza por el arco que tiene en su entrada principal, el cual soporta todo el peso del edificio, que descansa sobre unos cimientos de acero que actúan como refuerzo. En Seattle se encuentra una torre similar en cuanto a diseño, a excepción de la base; la Torre Rainier, también obra de Yamasaki.

La Torre Picasso ha tenido su aparición en la gran pantalla, en la película “Abre los ojos”(1997), de Alejandro Amenábar. Durante unos años fue no sólo el edificio más alto de Madrid, sino de España. Actualmente ese título lo ostenta la Torre Espacio, también situado en la capital.

A pesar de ser un edificio de los años ochenta, cuenta con unas instalaciones que aparentan ser de este siglo. Respecto a la parte técnica, dispone de todos los sistemas por duplicado (electricidad, soporte de software, sistemas de seguridad contra emergencias…), por ejemplo, el suministro eléctrico lo proveen dos centrales eléctricas simultáneamente. Es decir, en caso de apagón seguiría recibiendo suministro eléctrico. Este sistema lo comparte con otro edificio de la zona, el estadio Santiago Bernabéu.

Pero no todo lo sorprendente está en su interior. En su azotea se encuentra un helipuerto desde el cual se puede observar una de las vistas más preciosas de Madrid. El helipuerto como tal no suele tener un uso habitual, ya que la ley de aviación en Madrid prohibe el tránsito civil en el espacio aéreo madrileño. El único caso ocurrió en la década pasada, cuando un ministro del gobierno de Berlusconi acudió a visitar la torre en su helicóptero.

Sin duda, este edificio es un monumento a la arquitectura y es una de las siluetas más emblemáticas del skyline madrileño.

Fotografías: Pablo Claramonte